La "humillación" del acuerdo con Trump abre un cisma interno en la UE

El alivio por despejar la incertidumbre de una guerra comercial gracias al acuerdo sellado por Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, con Donald Trump apenas ha durado 24 horas en Europa
«Sumisión» o « humillante» son términos que definen el estupor con que ha sido recibido en ámbitos políticos e industriales de todo el continente un pacto que que la Comisión Europea trató de explicar desde el pragmatismo y que es el resultado de cuatro meses de negociaciones en los que la UE barajó utilizar una respuesta al nivel de la agresividad estadounidense para hacerse respetar en la mesa de negociaciones.
El resultado ha sido distinto y la UEacepta con resignación aranceles y compromisos de gasto e inversión astronómicos sin obtener a cambio nada más que apaciguar al presidente estadoundense. Es un balance que ya ayer fue duramente cuestionado desde los gobiernos de los países miembros y desde la industria y los sectores empresariales que más padecerán las consecuencias directas del acuerdo.
Francia y Alemania, los dos miembros que unidos representan la fortaleza del bloque comunitario, expresan opiniones absolutamente contrapuestas que no dudan en manifestar abiertamente, algo que es poco habitual en la política comunitaria.
El primer ministro francés François Bayrou criticó ayer muy duramente el acuerdo alcanzado por von der leyen, calificando el pasado domingo como «un día sombrío» para Europa.
Bayrou expresó su frustración ante el hecho de que «una alianza de pueblos libres, reunidos para afirmar sus valores y defender sus intereses, se ha resignado a la sumisión».
El comentario de Bayrou no fue aislado en París. «Yo no quiero que nos quedemos en lo que pasó el domingo», declaró Saint-Martin, referencia al acuerdo sellado en Escocia . «Sería como asumir que Europa no es una potencia económica ¿Es la Unión Europea una fuerza? Si queremos que la respuesta sea sí, entonces aún no hay nada decidido».
En España, Pedro Sánchez expresó su «respeto sin entusiasmo» por el acuerdo mientras en Italia se esperaba a conocer la «letra pequeña» del pacto, algo de lo que están pendientes todos los sectores económicos de los 27 para tasar los daños que pueda ocasionar la nueva tabla arancelaria en sus negocios.
Von der Leyen sí cuenta con el respaldo decidido del canciller alemán, Friedrich Merz, que ha acogido con satisfacción el acuerdo frente las fuertes críticas de los sectores industriales y financieros, que hablan de humillación y avanzan perdidas millonarias.
Merz, ha acogido con satisfacción el acuerdo alcanzado por su compatriota y colega de partido, Ursula von der Leyen en representación de la Unión Europea con el presidente estadounidense, Donald Trump, frente las fuertes críticas de los sectores industriales y financieros, que hablan de humillación y avanzan perdidas millonarias.
Según Merz, con el acuerdo sellado ayer en Escocia, "se ha logrado evitar un conflicto comercial que habría afectado gravemente a la economía alemana, tan orientada a la exportación". El canciller, que ha dado incluso las gracias a la presidenta de la Comisión Europea y al comisario de Comercio, Maros Sefcovic, por el "arduo trabajo realizado" destacó la unidad de la Unión Europea en el proceso.
Merz añadió que Europa ha podido defender sus intereses fundamentales, aunque él hubiera deseado más facilidades en el comercio transatlántico. "De unas relaciones comerciales estables y previsibles con acceso al mercado para ambas partes se benefician todos, tanto a este lado del Atlántico como al otro, tanto las empresas como los consumidores", declaró.
En esa misma línea, aunque menos entusiasta, se expresó el ministro federal de Finanzas, el socialdemócrata Lars Klingbeil, para quien el hecho de que se haya alcanzado una solución negociada es "bueno, por ahora". El resultado de las negociaciones y sus repercusiones en la economía y el empleo en Alemania serán ahora evaluados por el Gobierno federal, según el vicecanciller. "Es importante que Europa haya defendido sus intereses", dijo.
Las reacciones del sector económico han sido bien distintas. Clemens Fuest, presidente del Instituto de Investigación Económica (IFO), referente en Alemania, cree que "el acuerdo comercial asimétrico es una humillación para la UE, pero refleja las relaciones de poder reales".
"Quien se queda atrás económicamente y no puede proteger la seguridad de sus ciudadanos sin los EE. UU., no debe sorprenderse de la humillación. Esperemos que los europeos aprendan de ello: fortalecer el poder económico, mantenerse unidos y reducir la dependencia militar y tecnológica de EE.UU"
Tras duras negociaciones, la UE y EE. UU llegaron a un acuerdo para aliviar el conflicto arancelario creado por Trump. Se evitan los aranceles del 30% sobre las importaciones de productos europeos que Trump había amenazado con aplicar a partir del 1 de agosto, pero a costa de unas cesiones de la UE con graves consecuencias para su economía. La UE no solo ha aceptado aranceles del 15% a la mayoría de sus exportaciones a Estados Unidos, sino que también garantiza a Trump la compra de energía estadounidense por valor de 750.000 millones de dólares hasta el final de su mandato. Según von der Leyen, el gas natural licuado (GNL), el petróleo y los combustibles nucleares de Estados Unidos cubrirán las carencias que se producirán tras el abandono total del gas y del petróleo rusos, en una referencia a la guerra de Ucrania que deja entrever la geoestrategia económica de la misma. Además, la UE promete a Trump invertir otros 600.000 millones de dólares estadounidenses en Estados Unidos en los próximos años.
Pero Fuest no es el único que critica el acuerdo. La Federación de la Industria Alemana (BDI) tampoco ve nada positivo en él. "El acuerdo es un compromiso insuficiente y envía una señal fatal a la economía estrechamente interrelacionada a ambos lados del Atlántico", declaró la asociación en Berlín. La UE acepta aranceles dolorosos, ya que incluso un tipo del 15% tendrá enormes repercusiones negativas. El hecho de que no se haya alcanzado un acuerdo sobre las exportaciones de acero y aluminio supone un "golpe adicional".
Por su parte, la Federación Alemana de Comercio Mayorista, Comercio Exterior y Servicios habla de un "compromiso doloroso". Cada punto porcentual de aranceles es uno de más. Los nuevos aranceles suponen una amenaza existencial para los comerciantes, las cadenas de suministro se verán alteradas y los precios aumentarán. Europa debe reforzar los acuerdos comerciales con otras regiones económicas. El Gobierno alemán debe apoyar también a las pymes no industriales.
Michael Hüther, director del Instituto de la Economía Alemana en Colonia, advirtió de que podría haber más incertidumbres. "No se puede confiar en que ahora reine la calma, sobre todo porque los compromisos de compra e inversión son difíciles de cumplir con precisión. Trump nunca retira del todo la amenaza de los aranceles", afirmó.
Según la Asociación de la Industria Automovilística (VDA), solo los costes anuales para las empresas de la industria automovilística alemana se estiman en miles de millones, aunque es un sector que se beneficia de ese 15% pues supone, de facto una rebaja de casi el 13%.
El IFO considera que la economía alemana puede vivir con el 15%, pero "es un empeoramiento considerable con respecto a la situación anterior a la nueva toma de posesión de Trump que solo podrá compensarse en parte y solo en parte, con un aumento de las exportaciones a otros países".
Monika Schnitzer, presidenta del Consejo de Expertos para la Evaluación del Desarrollo Económico, califica de "manejables" las repercusiones económicas del acuerdo arancelario para Alemania, si bien el crecimiento podría ser entre un 0,2 y un 0,3% inferior al que se habría registrado sin estos aranceles. "La capacidad de las empresas para hacer frente a esta situación dependerá de si logran aumentar su productividad y de la rapidez con la que lo hagan", sostiene.
El economista Julian Hinz, del Instituto de Economía Mundial de Kiel (IfW) ha calculado un descenso del PIB para el conjunto de la UE del 0,1% en el plazo de un año. En Alemania provocarán una una caída del PIB del 0,15%. Esto supondría una pérdida de unos 6.500 millones de euros.
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